Leaving on a jet plane

domingo, 11 de diciembre de 2011

"Dos errores que se cruzan que se muerden en los labios. Soledades que se juntan sin perder el daño."

Desperté de un sueño medio bizarro, nada fuera de lo normal, tomé el celular para anotar palabras clave sobre el sueño y así poder recordarlo si quería contarlo después, me quedé un momento viendo el techo, casi nada, entonces veo la hora, en mi cuarto con la puerta y persianas cerradas se puede llegar a perder la noción del tiempo pues parece siempre ser de noche, y sinceramente, vi el reloj pero no recuerdo los números en él, seña de que no estaba del todo despierta, pero estoy segura que no había amanecido aún porque me sentí cómoda para volver a cerrar los ojos y dormir. 

No sé cuánto tiempo pasó, supongo que no mucho, pero me sentía demasiado feliz entre el frío, la sábana y la cobija, ah claro, y mi bu. Di unas cuantas vueltas lentas, respirando profundamente como si te tuviera junto a mí y quisiera robarte todo tu olor, hundiendo mi rostro en las almohadas y acariciándome en ellas, de pronto suena una canción de melodía muy calmada, sentí casi caer en brazos de Morfeo de nuevo cuando me di cuenta que era mi celular sonando, un mensaje recibido, era tuyo y abrí más los ojos, decía: “Sal por favor, estoy afuera”. Entonces desperté, me levanté y me cambié de ropa, bajé, era noche todavía y abrí la puerta, estabas casi llorando, había unas pocas lágrimas en tu carita, caminaste hacía mí y me abrazaste, te dije: “Hey, ¿qué pasa? No te preocupes todo va a estar bien” y te abracé con más fuerza, acariciaste mi cabello como a veces haces y me besaste, en ese momento tus lágrimas comienzan a caer de nuevo, chocaron con mis mejillas, tu brazo derecho acarició mi cintura hacía arriba y tu mano precipitó algo contra mi espalda baja media derecha, sentí el filo entrarme y un fuerte dolor, dejé de besarte y recargué mi frente contra tu nariz, inhalé profundamente y solté el aire, me costó trabajo, levanté la mirada y pregunté ¿Por qué?, con lágrimas en tus ojos me besaste de nuevo y sacaste tu arma de mi cuerpo, no sin antes deslizarla con poca fuerza hacia arriba para romperme más la piel, entonces era yo quien lloraba un poco y noté que en tu carro había alguien más sentado a un lado del asiento conductor, no pude ver quien era y volví mi mirada hacia ti y de nuevo pregunté ¿Por qué?, acariciaste mis lágrimas y al dar un paso hacia atrás sujeté tu brazo, para quitarte la navaja ensangrentada de la mano –Regrésamela, dijiste, la necesito, te tomé del cuello y te acerqué a mí, pregunté –¿La necesitas?, y recargué el filo sobre tu hermoso rostro, para manchar tu boca de mi sangre, después de eso la alejé de ti para guardarla, me la exigiste de nuevo alegando que la necesitabas, yo me sentía desvanecer del dolor, de la pérdida de sangre, me vi de un tono demacrado, sabía que era cuestión de segundos el que yo cayera inevitablemente, arrebaté tu mano izquierda y dije: –No, no la necesitas, apreté tu mano sobre mi herida y tu hacías fuerza para zafarte, pero no dejabas de mirarme a los ojos, levanté tu mano bañada en sangre  –Ahí tienes, ya no necesitas tu navaja. Y te alejaste lentamente con la cara mojada, con la boca sangrada… te fuiste.

Yo ya no podía seguir en pie, y aferrada a la reja perdí toda la fuerza, caí sobre mis rodillas mirando el espacio vacío del lugar donde estuvo tu carro, en realidad no estaba sorprendida, me senté sobre el charco de sangre y sin poder evitarlo caí completamente, toqué con todo el cuerpo el suelo rojo oscuro y me acomodé en posición fetal, con un dolor endemoniado llegué a sentirme entumida y los ojos se me cerraban.
Un ruido llamó mi atención y escuché voces conocidas que asustadas gritaron mi nombre, los vi difuminados, sombras, los reconocí y pregunté qué demonios hacían ahí a esa hora y me dijeron que alguien les llamó y les dijo que me buscaran rápido porque estaba agonizante, una de ellas me dijo: –Vamos, conozco a alguien que te puede ayudar y no está lejos. A lo que contesté: –No, no quiero. Insistieron y sentí sus manos levantar mi cuerpo inerte, entre mi vida y muerte les escuché decir tu nombre, quise hablar pero de pronto el dolor cesó y mis ojos se terminaron de cerrar.

Desperté de nuevo, extrañada, sorprendida, y pensé había sido todo un sueño, pero no era mi techo el que tenía en frente, me levanté, o al menos lo intenté, y un maldito dolor me detuvo, casi grito, solo lancé un ruido extraño y disimulado de dolor. –No te muevas, vas a hacer que la herida se abra, entonces volteo a ver y ahí estaba la herida y las sábanas blancas manchadas, muy manchadas con mi sangre, yo ya no traía la misma ropa, estaba vestida completamente de blanco y en  donde estaba la herida había una mancha de sangre que me llegaba hasta el frente, –No creas que te vestí de blanco para que combinaras con la recamara, o la cama, es para ver si la herida sangra y por lo que veo gracias a tu movimiento volvió a abrirse. Era una mujer que no conozco, tez blanca, cabello castaño oscuro y vestía también de blanco. No, no estaba en el cielo o algo así, y no lo pensé, me levanté con el dolor y tomé unas vendas que estaban en el tocador, para variar blanco, comencé a enredármelas por toda la cintura, se manchaba cada capa de venda y lo hice hasta no ver ni una sola mancha roja, en un perchero al lado izquierdo estaba la única camisa blanca que he comprado en toda mi vida, me la puse, nada más porque era mía y no iba a salir a la calle en bra, caminé hacía la puerta y la mujer se me paró en frente impidiéndome la salida, –No debes irte, espera a sanar completamente, no caminarás ni dos cuadras cuando te desmayes, créeme. –No me desmayaré, no sin encontrar lo que busco, déjame ir porque se me hace tarde, le respondí, me reclamó los cuidados que tuvo hacia mí y que mis amigos le prometieran mi gratitud al despertar, entonces me besó, entré en exceso de confusión y me alejé diciendo –Lo siento, pero yo no pedí tu ayuda y no es mi culpa lo que otros te prometieron, no tengo ningún interés en quedarme, prefiero morir en el intento de encontrar lo que busco, y ahorita en este preciso momento puede ya ser muy tarde, así que si no quieres que te quite a chingazos… se movió y dijo algo así como que no sabes lo que haces y en tu travesía por alcanzar la Luna vas a caer en pedazos de nuevo a la tierra y yo no soy quien los va a juntar de nuevo, a lo que respondí, –No lo hagas, nos harás un gran favor.

Salí a la calle, y la luz golpeó mis ojos acompañada de un ligero dolor de cabeza y sin dejar de sentir la herida, caminé con poca dificultad, cada paso ardía todo mi cuerpo, tanto que llegué a pensar que venía regresando del Infierno, sentía que estaba prendida en fuego. Me encontré a los prometedores amigos míos, me saludaron como si nunca hubiera pasado nada y mostrando la navaja aún ensangrentada les dije, – ¿Dónde está?, ellos no sabían, y seguí mi camino, recorrí muchas calles y la noche cayó otra vez, a cada persona que encontré le pregunté por ti, sin decir en ningún momento tu nombre, las calles se repetían, sentí pasar las horas y mi agonía era la misma, pero nunca estuve cerca un desmayo. Me senté en una piedra respirando con dolor y la vista se me nublaba, me recargué, a lo lejos vi alguien acercarse, delgado, muy delgado pero los ojos se me cerraban, sentí sueño. – No te ves nada bien mujer, dijo su voz ya cerca, supe quién era, – He estado mejor, respondí, y al abrir los ojos lo vi parado frente a mi sonriendo, era tu amigo, tenía en las manos vendas y me comentó que estaban tiradas en el piso y por curiosidad las siguió, le mostré la navaja y me dijo – ¿De verdad piensas que te diré dónde está? Bueno, si es que está, lo mandé callar con unas cuantas mentadas de madre lo cual no lo hizo parar de reír, entré de nuevo en confusión y pregunté si al menos sabía que estabas bien, a lo que confesó no saber nada de ti, el sueño se esfumó y me levanté para seguir, mi blusa blanca ya era también roja, y al dar unos pasos tu amigo sujetó una parte de mi vendaje, me advirtió que no siguiera, me quise soltar pero él no quería, entonces me desenredé dando vueltas pero no tenía fin, él forzando la venda se acercó y me repitió – Por favor, no sigas, saqué tu navaja y mientras él se rehusaba a soltarme corté la venda y medio corrí, sintiendo el poco vendaje que quedaba, deslizarse sobre mi cadera y al final mis pies, cuando miré hacia atrás y ya no lo vi, dejé de “correr”.

La oscuridad no se iba y yo estaba agradecida, pero el frío, por más que me guste, estaba quemándome más que la piel, llegué a una casa que no era tuya pero algo me dijo que estabas ahí y entonces si corrí, al entrar por la puerta noté mi pantalón blanco también pintarse de rojo poco a poco de arriba hacia abajo, el corazón latiendo muy rápido y mi respiración entre cortada me hicieron agachar un segundo, pero de momento levanté la mirada para descubrirte en un rincón, llorando, con el rostro escondido detrás y entre las rodillas.
No dudé y me acerqué, levanté tu rostro y te dije que todo iba a estar bien, recuerdo haberte repetido mucho un “Hey” sin soltar tu cara, mientras yo ya sin vendas, solo la herida descubierta, te quise abrazar y dijiste – No, no, no, vete, déjame, ¿Por qué? ¿Por qué no te vas?, Y vi que tu pecho estaba sangrando, sentí morir y te dije que conocía a alguien que nos podía ayudar, que teníamos que movernos rápido, te quise levantar y te negaste, esta vez yo sin fuerza, no pude ir en contra de tu voluntad, me pegué a ti y llorando me miraste, mis labios acariciaste y dijiste – Tú deberías estar en una cama, descansando, sanando, bajaste la mirada y viste mis ropas, acariciaste mi herida, y te dije – Ven aquí, quise abrazarte y no me dejaste, repetiste – ¿Por qué no te vas?, entonces me moví y me acomodé atrás de ti, sentándome de forma que te recargaras en mí y apreté con mi mano la herida en tu pecho, sentí correr tu sangre sobre mi mano y repetí – Hey, y suspiraste, recostaste tu cabeza en mi pecho sin dejar de llorar, te abracé porque así como te tenía no te me podías escapar, entonces te pusiste de lado y escondiste tu nariz y labios, en mi cuello, yo en ningún momento solté tu pecho, con la esperanza idiota de que lograría detener esa hemorragia, te abrazaba con la fuerza que me quedaba y tu acariciaste mi hombro, metiste tu mano debajo del cuello de mi blusa, indagando, tocando mis clavículas y refiriéndote a las tuyas susurraste – Ya se, viniste por lo que es tuyo y te sentí sonreír lo cual hizo también dibujarme en los labios una sonrisa, y te respondí – Si, y a dejarte lo que es tuyo. Te robé un pequeño beso, te volviste a mi cuello.

Elba.

You are my heaven tonight.

martes, 15 de noviembre de 2011

Porque cada vez que le sueño se me nubla el tiempo y no quiero regresar.

Cítame de noche en tu casa, para que escribas tu nombre en mi espalda y que tus marcas no se hayan ido mañana. Recorre con mi cuerpo tu cama, no tengas miedo de mis falsas ganas.
Haz de nuestras horas tu tiempo y aunque sea por la fuerza entre mis ojos te irás metiendo; hazme sentir un falso viento que entierre mis sueños debajo de mis miedos. Prometo hacerte estremecer pero primero arráncame la piel, después déjame beber de tu ser y cerrando los ojos entre tus pliegues me perderé.

Dame el insomnio de tus besos esta noche y prometo fingir un "Te quiero", no dejes mi mente sola ni un momento y prometo llevarte al cielo.

Estaré contigo y tú conmigo, pero no te busques en mi corazón, por favor no, pues eso sería como buscar una desilusión. Tal vez no encuentres sentido a que te pida un encuentro furtivo, pero déjate llevar y prometo hacerte creer que no va a terminar.

No cuestiones mis motivos, no lo trates de entender, sé que es mucho lo que pido, más que la última vez, pero acepta que actuar no es sencillo y contigo ese es siempre mi papel.

Yo sé que mi calma no llegará sólo pido que me ayudes a no pensar, no pretendo molestarte, así que procura no preguntar, si lo que buscas es un nombre sabes bien que lo vas a encontrar.

Que sigo perdida, que no vale la pena, que me conformo con poco cuando otros me darían su vida entera; que no duermo y si duermo le sueño, que así me gano las ojeras.

Que te dejo pasar por algo que no va a comenzar, ya conozco esas líneas así que evita tu voz gastar, por que si busco estar contigo no es precisamente para hablar.

Calla tus palabras incluso antes de pensarlas, si no quieres arrepentirte de escuchar la verdad y después no aceptarla, mejor quédate con las mentiras, aprende a amarlas; así no odiarás saber que tengo ese nombre tatuado en el alma.

Sólo haz como digo y cítame esta noche en tu cama, desgarra mi espalda para darle compañía a las marcas de lo que fueron mis alas.

No lo pienses tanto, regálame hoy el insomnio de tus labios, alcánzame, y sentirás vida cuando te toquen mis manos.

Si logras detener un momento su melodía en mi interior, si consigues durante nuestro encuentro pausar su canción, yo te prometo esta vez será fácil darte una mejor actuación y tal vez no marcharme en cuanto se acabe eso que quieres llamar pasión.

Ya te has convencido y decidiste acceder, solo queda advertir, no será diferente de la última vez, no intentes insistir, no me quedaré, simplemente tienes que entenderlo no va a suceder, pues mi soledad me espera antes del amanecer.


Elba <o>

martes, 11 de octubre de 2011

Y no deja de ser

Has sido mi dulce tormenta, del cielo al suelo... al mar, has sido mi mayor miedo, mi inseguridad; me has dolido en el alma, tú mi herida mortal.

Eres mi loca manía, la Ironía de mi vida, eres al cerrar los ojos, eres al despertar; sigues siendo el insomnio inevitable de mis noches sin soñar.

Eres mis días nublados, el secreto que me cuenta el viento y la música que toca el Mar; la burla de mi destino, la calma en esta interminable oscuridad.

Eres mi mejor error, mi camino sin rumbo, mi soledad; la piedra que no quito, para volver a tropezar.

Sí, me has herido de muerte, he sangrado tu risa, tus besos y caricias. Y no me importa sangrar más, sé que no me voy a secar. Hace tiempo decidí contra ello no luchar más, pues es tuya pero de ti mi alma sin par.

((Eres mi mejor historia, y esto no conoce el final))

Elba: Mientras las palabras no me alcanzan, escribo y trato, pero créeme borro mas de lo que escribo.

lunes, 10 de octubre de 2011

Siempre es el pensamiento

((En el camino un pensamiento me sorprendió, le daría mi corazón, y después me alejaría, con la certeza de que te cuidaría y no te dejaría..

Te enamoraría día a día, y por la noche te respiraría, te daría besos para protegerte de tus pesadillas, tomaría tus manos y con ellas su rostro acariciaría.

Si, mi corazón le daría, para así entonces yo marcharme tranquila, con tu imagen en mi mente, en mi mente tu sonrisa, tu mirada que es mía. Aunque en mi eterna oscuridad... te soñaría, el resto de mis días.))

Las palabras de los escritos y las palabras de la voz, siempre se quedan cortas, sin poder compararse con las palabras del pensamiento.

Elba.

lunes, 8 de agosto de 2011

Será como ver el mismo Infierno, así voy a arder en tu Corazón

Hoy Lunes 8 de Agosto de 2011 retomé este escrito comenzado el Viernes 13 de Mayo del mismo año. Si me pongo paranoica y a sumar descubriré que la suma de estos dos días da como resultado un número 21. Pero no lo haré, ahora déjenme hablarles sobre aquello...

Sí, de pronto todo se siente así, interminable, desesperante... pero a la vez una calma profunda. Llevaba algunos días tratando de unir los puntos de aquello, pensando que talvez sólo así se iría, me había cansado de verle ahí todo el tiempo, algunas veces no lograba dormir sintiendo que los malditos puntos me miraban, sí, lo sé, algo loco. Trataba de unirlos con un hilo pero no lo lograba mucho cuando se rompía, era frágil, delgado, por lo que decidí tirarlo y como no podía deshacerme de ellos opté por pintarlos, desaparecerlos, así ya no los vería mas.
Hecho ya, vi la pintura carcomerse, evaporarse, di un paso hacia atrás, lancé una maldición y sentí un escalofrío, acaricié mi brazo izquierdo; una vez sin la pintura los puntos comenzaron a unirse claramente por una línea de color, rápidamente se trazaba alcanzando cada uno y uniéndolos en desorden, fue algo confuso, y pensaba ¿Qué demonios está sucediendo? No tiene sentido, los puntos deben unirse con un orden, todo es paso a paso.

Estuve en ese cuarto oscuro al menos una hora, observando cómo sucedía todo y en mi mente las ideas tropezaban unas con otras, quería seguir con la mirada el curso de la línea pero me interrumpía el pensamiento y la razón...
Al fin lo entendí, se estaba formando una figura y no podía expresarse mejor. En silencio, con la mirada baja comprendí que jamás iba a poder lograrla con ningún tipo de hilo, esa figura tenía curvas y los hilos solo lograban rigidez o todo lo contrario, además pasaría el tiempo y en algún momento se rompería, no sabía por qué pero no querría que después de lograrla se destruyera.

Mirando el suelo, cantando entre dientes me detuve y me sentí ingenua ¿De verdad creí que iba a durar? He vivido suficiente para no ser ingenua y en ese momento no podía evitar sentirme así. Pero ahora todo era distinto, las líneas estaban ahí, definidas inagotables, fortalecían un poco y se atenuaban después, como si trataran de darme un mensaje escondido detrás de lo obvio, abrí un poco más los ojos y observé el producto de los puntos, no me daban nada, no entendía lo plasmado, lo unido ahí, ni siquiera algo que se le pareciera. De pie frente a aquello... lo observé tanto que me perdí y pronto la mirada hacia la nada me hizo ver la figura medio borrosa y desde otra perspectiva, entonces viendo lejos y de reojo descubrí un perfil en ella, mi cabeza se movió hacia un lado, mis hombros se levantaron un poco, sentí frío y calor... Me estremecí y algo dentro de mí se desprendió, finalmente me rendí y los ojos cerré, entonces ya no los pude abrir.

Era tu rostro, eran tus ojos, tus labios, tu nariz, eras tú, eras. Hundida en el más profundo de los sueños, perdida me vi entre mis pensamientos, nadando en mis versos, acostada sobre ellos, me llevaban y traían; de pronto me sentí paralizada, todo se volvió vidrio, hasta yo y fuertemente se quebró, cayendo en el vacío intenté volar, di vueltas lentas cuando un latido muy potente me recorrió en un solo golpe y de repente me vi suspendida en la oscuridad, en ningún momento intenté moverme de lugar... esperé. A lo lejos se escuchaba un sonido, cada vez mas cerca y cuando menos lo creí una melodía conocida se me estrelló, una explosión alrededor, era una guerra contra mí, que a la vez no me dejaba ir... No podía salir.

Y así me encontré enredada en tus palabras, sin tomarme de la mano tu mirada me guiaba, entre tanto tu silencio me aturdía, entonces sentí que la vida se me iba, fue cuando me aferré a tu respiración, bebiendo de tu boca la inspiración, suave y tierna, maldita; la inspiración, suave... tierna... maldita. Sí... todo se sentía interminable, pero ya no desesperante, pues al final de cuentas tu alma será mía, más temprano que tarde tu alma será mía.


lunes, 11 de julio de 2011

"Sólo quería un café..."

Fue breve, irreal, no sabría explicar... deja encuentro las palabras adecuadas... no sé fue casi espiritual, como si las almas danzaran tomadas de la mano y a veces tocándose las yemas de los dedos, abrazándose y acariciando cada rincón secreto, fue... fue como un suspiro profundo con los ojos cerrados, no sé explicar, fue como una ola golpeando cada parte de mí y yo empapada me recuesto sobre las demás... y me dejé llevar, no lo sé, pero desperté en la orilla y en ese instante una estrella fugaz.

Sí, una estrella fugaz, ¿Que tan fugaz que sigue brillando? ¿Cómo puedo llamar a eso? Ya no la veo, pero la siento... sigue palpitando, sé que está ahí. Bueno, dije que no quería hablar mas de ello así que deja de preguntar... ¿Ves lo que me haces recordar? ¿Cual es tu propósito bendito maldito Mar? (Sonríe) Lo sé, lo sé recuento de los daños. Sabes, dije una vez que después de eso podría morir en paz... ahora sólo pienso en ver cada amanecer para poder ver el anochecer y dormir a la luz de las estrellas y la luna cuando la madrugada se apodere de mí y mi mente por fin llegue a tal cansancio de tanto pensar en... bueno, tu sabes. Me tengo que ir, hasta mañana... (suspira) quiero recargarme en esa roca, enterrar mis pies en la arena, cerrar los ojos y beber a su salud una vez más... y verle bailar con los pies descalzos, escucharle cantarte respirarte, en fin basta de hablar, me paso a retirar, no te preocupes por mi Mar... como cada noche la Luna me acompañará.

Elba.

viernes, 27 de mayo de 2011

«Es que no entiendes el lenguaje de mis manos»

Descansando en la arena, hombro a hombro, tus dedos nadando sobre entre los mios, mirando el cielo oscuro, las estrellas brillando, la noche respirando, de pronto tu voz rompe el silencio:
-¿Cómo suenan los sentimientos? ¿A que saben? ¿Se puden ver?- ...Miré lo que pude de tu perfil pegado al mio, suspiré y respondí:
-No los puedo ver como tales, sólo sé que los siento cuando te veo, tu sonrisa, tus ojos, cuando te sueño, cuando veo tus manos enredadas en las mias, si observo esa expresión de que me dices y no dices nada cuando tus ojos me hablan, -sonreí- analizándolo puede que se vean como tú -escuché tu risa y seguí- talvez no te sirva mucho lo que te digo, pues no existen argumentos reales solo son palabras merodeantes en mí -sucedieron 4 segundos de silencio... y te dije: Tienen sabor, saben a tus labios, a tu lengua, saben a esa noche que nos besamos, cuando te rehusabas a dejar que el momento te robara el corazón, cuando dejarse llevar para ti era un dilema, saben hasta al momento en que no quisiste besarme más, saben a tu boca, a tu aliento, saben a tu piel... Y huelen a la mezcla entre tu perfume y tu esencia, sí, para mí los sentimientos también se pueden percibir mediante el olor, para mí los sentimientos huelen a ti.
Continuamos contemplando la noche durante algunos minutos, sin hablar, extrañamente a ratos las palabras se me van, quizá sea por que no puedo expresar con ellas lo que me inunda y me invade, lo que me recorre cuando ahí estás, a mi lado, junto a mí.
Entonces me dijiste: "Mira las estrellas" -nuestras manos seguían jugando y yo pensando si supieras, si tan solo supieras, pero es que yo no sé y mientras yo no sepa, tú no debes saber- Corría el viento, ya era madrugada y teníamos que volver, volteo a verte, me acerco más a ti, y con mi barbilla sobre tu hombro, empiezo a grabar pequeños y entrecortados besos sobre tu piel, casi llegando al cuello, respirándote, pero observándote; con tu otra mano acariciaste mi cabello, levantaste mi rostro "¿Me vas a decir que los sentimientos suenan a mi voz?" preguntaste, a lo que respondí: 
No, cuando los sentimientos se vuelven sonido es por que estás escuchando una canción...
Nos quedamos compartiendo miradas, me acerqué a intentar besarte, rozando tus labios con los míos, a punto de tocarse, a punto de mojarse, tú y yo casi sin aliento y nos evaporamos.

Elba.

domingo, 15 de mayo de 2011

Ese día... Justo ese día.

Ese día abrí los ojos, hipnotizada quedé y no lo pude evitar, no era el brillo tenue que no puedes dejar de ver, ni fue la belleza que deslumbra y siempre hace ceder, fue más que eso, como un imán, algo más, algo más que la sensación de atracción o la fuerza de gravedad, simplemente era difícil la mirada desviar.

No sé si fue que los planetas se alinearon pero de pronto nada tenía sentido y esa libertad tan pronunciada en mí, comenzaba a hacer efecto, lo que venía construyendo, esa claridad que tenía mi vida, la tranquilidad, todo se empezó a alterar y conforme más mis ojos clavaba, mis sueños se abrían más y más, sensación inevitable, intrigante, misterioso momento.

La tierra tembló, había un corto circuito, electricidad cada vez que nuestras miradas chocaban, la tuya se desviaba, tal vez no lo soportabas, tal vez no te agradaba, o lo contrario y te asustaba. No sabía lo que estaba pasando y tampoco trate de entender... Sólo sé que fue ese día, justo el día en que te volví a ver.

Elba.


sábado, 7 de mayo de 2011

Interminablemente, inagotablemente, desesperadamente.

Escucho el sonido lento, despacio, a bajo volumen y no quiero abrir los ojos, después de un buen insomnio sería bueno dormir dos horas más. Acostada frente al techo, doy un medio giro a la izquierda y sin abrir los ojos recuerdo porqué siento el frío... Estoy tendida en el suelo.

Luchando contra mi mente, tratando de convencerla para volver a los brazos de Morfeo, el sonido aumenta su volumen y, acompañado de una dulce canción al fondo logran un parpadeo que permite entrar la luz en mis ojos, aunque con fuerza los cierro ahogando mi rostro en la almohada, el sonido crece más, la canción grita y tú apareces claramente, dulce y suavemente, en mi mente. Un suspiro sale profundo, comenzó el día.

En negación por no lograr dormir de nuevo continúo recostada viendo el techo, y sin nada que hacer comienzo a planear el día, acomodo las horas de manera que no haya huecos de soledad, al menos no de más de veinte minutos; me levanto y el sonido ha desaparecido... Pero la música sigue contándome de ti.

Elba.

lunes, 18 de abril de 2011

Quédate

«Ese día mis ojos se abrieron y vieron a lo que uno llama Divino» ♥

Era la estrella brillando entre todas era la imagen de un cuento de hadas... ♫♪

Después contaré lo que pasó ese día (=

Comenzaron las vacaciones de Semana santa y yo mañana agarro carretera para Mazatlán.
¡Por fin vacaciones!

All my bags are packed, I'm ready to go
I'm standin' here outside your door
I hate to wake you up to say goodbye♫♪

So kiss me and smile for me
Tell me that you'll wait for me
Hold me like you'll never let me go ♫♪

Oh, babe, I hate to go ♫♪

...Every place I go, I think of you
Every song I sing, I sing for you♫♪

So kiss me and smile for me
Tell me that you'll wait for me
Hold me like you'll never let me go ♫♪

martes, 12 de abril de 2011

Días antes... ese día

Días antes, uno de ellos fue el 11 de Febrero de 2011, me gusta, aunque su suma da como resultado un número par, este es el año 11 del nuevo milenio, me gusta.

Días antes estuve pensando en la falta de inspiración que tengo desde hace ya más de dos años, recordé cómo mis ideas y pensamientos fluían mientras mis manos escribían y eran uno solo, era cómo dibujar en el viento la música, cómo cerrar los ojos y soñar. Cualquiera podría pensar que eran días de gloria, pero los que saben de inspiración entenderán que fueron todo lo contrario.
Días antes veía hacia el frente, no literalmente, y observaba la nada, encerrada en la cama, la regadera, a lo que llamo sala; encerrada en el espacio y las escaleras que hay entre mi puerta y la reja de entrada, en el camino hacia la escuela y el césped de cualquier lugar en los que he dejado mi silueta plantada. Sin dirección alguna, sin rumbo seguí. Durante esos días me sentí muy libre, con la mente más abierta, con los sueños más cerrados, con la sonrisa más constante, me sentí; sola o casi sola, con soledad acompañada y los días menos ocupados, por situaciones días antes también me sorprendí, me sentí ligera, fuerte, valiente, fría, llegando a conclusiones absurdas y dispuesta a conocer. Dispuesta a vivir y sobre todo libre.

Ese día desperté igual, con ganas de dormir, sin ganas de soñar, y me dispuse a empezar el día; con los ojos cerrados y una sonrisa por los medio ladridos y brincos de mi compañera que exigía salir a indagar. Después de unas horas ya en la facultad nada parecía ser nuevo en la rutina y seguí viviendo, existiendo. Ese día parecía uno normal.

Estaba soleado y ya no recuerdo que nos llevó a ese lugar, para ella todo parecía estar en orden, para mí todo estaba convenientemente donde debía estar, y nos acompañamos; de pronto algo llamó nuestra atención, algo me pareció familiar...


Elba

Creado el Viernes, ‎01‎ de ‎abril‎ de ‎2011, ‏‎03:12:13 p.m

sábado, 9 de abril de 2011

La vida es como un Hot Dog, a veces tiene tocino, otras veces no

«Curioso e indagador merodea al rededor de lo mas prohibido»

Y es más que placer, nos hace soñar, vivir el sueño, pero como dice el vagabundo:
"Cuando sueñas... cuando sueñas cierras los ojos", ¿Me explico?

Y casi nunca queremos despertar, somos pobres soñadores y suspiramos al amanecer, al atardecer, al anochecer. ¿Siente lo mismo que yo? ¿Me recordará como yo? Al amanecer, al atardecer, al anochecer. Probablemente no...

Pero me gusta lo que me cuentan sus ojos.

Elba

jueves, 7 de abril de 2011

Cinco Segundos... Un Instante en el Tiempo


...fue en ese momento, en ese instante el tiempo se detuvo, en mi mente aparece tan presente, y te veo, esa expresión que no sé lo que dice, esta vez no puedo adivinar lo que pasó por tu cabeza durante esos pocos segundos, y trato pero sólo sé que no era una mirada de amor, parecía una mirada de desamor, y un escalofrío recorre mi cuerpo cuando pienso en ello; tan cerca, tan lejos, no sólo físicamente, también emocionalmente.


Sentí que me pedías de manera desesperante que me fuera, que desapareciera, que regresara a lo que fue antes, con una desesperación equivocada me decías vete porque te quiero y no quiero, porque no debo, desaparece... esfúmate, desvanece, piérdete con el viento, en el tiempo, déjame vivir, no me mires así, vete de mí... y mi mirada se pierde recordando, sentí que eso gritabas en silencio, mientras estabas frente a mi tan cerca de mis labios, y te pedí... bésame, repetí entre tanto observaba tu rostro, querías sacarme de tu corazón, de tu mente, querías que yo me fuera...

Tan desesperada tu razón, tan fracturado mi corazón, era una guerra de pensamientos, de sentimientos y el tiempo seguía detenido, y tú seguías queriendo besarme, por un momento te rendiste y besaste tiernamente mi mejilla, tu boca se acercó aún más a mis labios y otro beso tan cerca me hizo sentir mariposas en el estómago, me llevó a las nubes, tu aliento acariciaba mi boca y tu mirada estuvo fija en mí durante esos lentos segundos, tu interior seguía debatiéndose entre lo correcto y un sentimiento, yo sólo esperé observando ese inolvidable gesto en ti; ya sentía que besabas mis labios antes de que sucediera, recargada en tu hombro esperaba, y tú seguías mirándome, mi cara, mi boca, hace tiempo ya de la última vez que te besé y cómo una adicta a la droga estaba ahí frente a ti esperando que lo hicieras, pero no sucedió, el ruido de la gente allá afuera nos interrumpió y la nube nos regresó a la realidad, se interrumpió nuestro silencio y el tiempo siguió su curso.

Esos cinco segundos dan vueltas en mi mente, estuve cinco segundos cerca del cielo, apunto de llegar a las estrellas, estrellas escondidas en esa noche tan nublada y lluviosa.

"Cinco segundos como cinco latidos de un corazón que está agonizando"

Elba.

martes, 5 de abril de 2011

Historia de un pensamiento II

Historia de un Pensamiento II

...mientras tanto pensaba en aquella tentación a miles, millones de metros de distancia al suelo, volaba y no entendía porque se detenía, y esa tentación que antes hubiera sido emotiva ahora se convertía en algo no tan interesante.

Eran las 12 de la madrugada a las que le gustaba llamar cero horas y pensaba en no pensar, recordando como sucedieron las cosas, como un casette que se reproducía en su cabeza, imagen tras imagen, frases acompañadas de ciertas miradas y trataba de borrar esa cinta que sólo le hacía crecer esos extraños y tontos confundidos sentimientos hacia aquel ser tan especial y es que cada segundo en su tan ocupada memoria era clave para volver a ser quien no se preocupa por suspiros y experiencias, quien no dejaba de evitar sentir, ahora sentía, suspiraba y sonreía al imaginar experiencias pasadas, y como un niño que teme a la oscuridad, no podía dormir.

¿Todo esto a qué te lleva? se preguntaba y veía al futuro de forma lejana o inexistente, esto no sucede a diario, hoy me doy cuenta que es mejor ser un vagabundo, que establecerse en un lugar y es que después de ese sentir... "maldita sea lo perdí, lo perdí, tu tratas de desaparecerlo, aunque no quieres", maldecía, sentada en la orilla de su cama, sintiendo los tubos de la cabecera, fríos, encajarse en su espalda encorvada; estira sus piernas medio entumecidas y se acuesta en la almohada para observar el firmamento, el cual tenía de techo, y sintiendo la brisa helada sobre sus manos y pies descubiertos, sobre el rostro un poco pálido, suspiraba, tarareaba una canción, volvía a suspirar y se detenía en una parte de la letra: "Do you care if I don't know what to say? Will You sleep tonight? Will You think of me?"... pasa sus dedos entre el cabello y se queda con esas interrogantes.

Elba Glez. Marrujo

"En el dolor hay tanta sabiduría como placer, ambas son las dos grandes fuerzas conservadoras de la especie"

Historia de un Pensamiento I 


...y estaba ahí tan frágil y sensible, tan expuesta a los peores sufrimientos de la vida, en este mundo que no para de girar, y sus adentros gritaban libertad, algo en su interior va a explotar, corre el tiempo y através de su mirada puedes percibir eso que pasa y no sabes si las imágenes y recuerdos que está viendo son de este momento o se está remontando a un pasado, en su cabeza se reproduce una película y sigo sin saber... mientras, observo cada expresión, cada reacción, me pregunto en que momento sucedió todo, como es que estoy aquí. Las imágenes que estoy viendo son momentos presentes talvez algún comentario me haga recordar un pasado, en mi cabeza se estrena una película y no es mas que un sueño despierto, aunque sigo sin saber.

Un montón de frases acompañadas de cierta música, el sonido del agua que cae, que golpea el césped, voces desconocidas se pierden unas con otras y no logro entender una sola; pequeñas, suaves  e intermitentes corrientes de aire chocan contra mí y respiro... suspiro.

Una casa que no es mi hogar, compañeros que son como hermanos, una cocina un comedor lleno de extraños, habitaciones sin cama, baños compartidos, caminos que llevan a rincones secretos que no son secretos, lugares que guardaran momentos como recuerdos, romances inconclusos, besos al aire, caricias interrumpidas. Son todas como canciones, música que te hace recordar etapas de tu vida, recordar momentos, rostros, miradas, miradas de timidez, inocencia, amor; miradas de rencor, desilusión, confusión; miradas de deseo, pasión, cariño, celos; miradas desconocidas, de curiosidad, ansiedad, miradas de tristeza, coraje, o simplemente mis miradas a la nada. Risas de placer, nervios, felicidad, desesperación, sonrisas sarcásticas, iluminadas, que me gustan, sonrisas burlescas o con maldad.

Fuera de todo esto, en la realidad, alejándonos de mis pensamientos o nuestras mentes está sucediendo una verdadera historia, y ella sigue perdida en esa película, en ciertos momentos al pasado, otros a la presente realidad, su pequeño mundo no le deja percibir lo que en verdad está sucediendo, por el contrario, le pone barreras que difuminan hasta camuflagean el significado real y esto hace que sonría y no sonría, que le mire y no le vea...

Y se pierde, sueña y le pide, le quiere robar de si una caricia, un abrazo, una sonrisa que acompañada de una frase le provoque besar esos labios que ansiosos esperan igual a los de ella que muchas veces piensa en sentir ese roce o probar el sabor de lo desconocido no tan desconocido junto con el aliento tibio, despacio y rápido a la vez, jugando a tenerse dentro de una trama un tanto superficial, sin querer tocar lo profundo que hace tiempo está sucediendo, una trama en la que no existe el tiempo y no hay nadie alrededor, nada le puede alcanzar, excepto eso que ella quiere.Y se pierde, sueña y le pide, le quiere robar de si una caricia, un abrazo, una sonrisa que acompañada de una frase le provoque besar esos labios que ansiosos esperan igual a los de ella que muchas veces piensa en sentir ese roce o probar el sabor de lo desconocido no tan desconocido junto con el aliento tibio, despacio y rápido a la vez, jugando a tenerse dentro de una trama un tanto superficial, sin querer tocar lo profundo que hace tiempo está sucediendo, una trama en la que no existe el tiempo y no hay nadie alrededor, nada le puede alcanzar, excepto eso que ella quiere.

Algo está mal, hace un año ya y he conocido fragancias que lejos de irse con el viento, se quedan, cada una con nada en particular, una de ellas trae consigo inocencia, toda una vida, la otra sensaciones de una etapa que se cerró antes de poder entrar, después una que deja como soledad acompañada, a distancia pero cerca, que me pide siga explorando mas, hace que cierre los ojos y llegue a suspirar, o le sonrío a la nada, una esencia algo extraña, la que puedo pero no tocar, solo la siento cuando me hace soñar, imaginar.


elba glez. marrujo
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