Me extrañarás cuando te encuentre a su lado en cualquier lugar, quizás vayas de su mano, tomando su brazo, su hombro o a una distancia cercana que disimule lo poco que sabe sobre tus ganas de volar, cuando me veas pasar de lado sin saber cómo reaccionar, cuando tú no sepas cómo reaccionar, me vas a extrañar, cuando seas indiferente a mi existencia pero no puedas evitar mirar mis ojos queriendo encontrar algo que quisieras guardar y esfumar.
Me vas a extrañar, como la hoja arrancada del libro de tu vida que pudo haber sido una historia difícil de borrar; cuando, aunque tiramos la tinta porque ya no quisimos escribir más, vuelvas a mis letras refugiándote en la utopía en nuestros abrazos, el delirio de los besos, las caricias de quimeras, los sueños sin nacer, me extrañarás.
Sí, me extrañarás, me harás la extraña que, paulatinamente, te miró más de una noche en aquel bar de la ciudad. Tengo una certeza. Sé que me extrañarás como nadie nunca me ha hecho ser una extraña más.
Elba.