Leaving on a jet plane

martes, 10 de noviembre de 2015

Utopía

Me extrañarás cuando te encuentre a su lado en cualquier lugar, quizás vayas de su mano, tomando su brazo, su hombro o a una distancia cercana que disimule lo poco que sabe sobre tus ganas de volar, cuando me veas pasar de lado sin saber cómo reaccionar, cuando tú no sepas cómo reaccionar, me vas a extrañar, cuando seas indiferente a mi existencia pero no puedas evitar mirar mis ojos queriendo encontrar algo que quisieras guardar y esfumar. 

Me vas a extrañar, como la hoja arrancada del libro de tu vida que pudo haber sido una historia difícil de borrar; cuando, aunque tiramos la tinta porque ya no quisimos escribir más, vuelvas a mis letras refugiándote en la utopía en nuestros abrazos, el delirio de los besos, las caricias de quimeras, los sueños sin nacer, me extrañarás.

Sí, me extrañarás, me harás la extraña que, paulatinamente, te miró más de una noche en aquel bar de la ciudad. Tengo una certeza. Sé que me extrañarás como nadie nunca me ha hecho ser una extraña más.

Elba.


lunes, 2 de noviembre de 2015

Efímero

No voy a negar que extraño aquellas conversaciones hasta altas horas de la madrugada, ese hermoso «tengo que dejarte dormir» a las 4 de la mañana, debo admitir que te escucho en algunas canciones, tanto como que lo más probable es que tú a mí no, sin analizar mucho la situación, sé casi con certeza que sólo fui una válvula de escape, y la razón por la que sigo escribiéndote es que tú para mí fuiste algo un poco más. 
No diré que fue un error de mi parte, yo sólo me dejé llevar por la situación, sin apegos, sin palabras como cadenas, sin buscar poner un candado a nuestro alrededor para no dejarte escapar, yo te dejé ser libre, tanto como pudieras dentro de tus propias rejas, prisión que has construido con el paso del tiempo. 
No había nada, ni la forma de un lazo, sólo las ganas, los besos que se quedaron en la imaginación, los abrazos que no se hicieron esperar, la esencia de tu piel, tus manos, la punta de mis dedos. Dejar que te desvanezcas con el tiempo no va conmigo, pero ir contra mí misma es parte de romper un patrón, el que me tiene recorriendo diferentes caminos pero llevándome al mismo destino, y esta vez yo me voy. 
Todo y nada pasó, pero me voy. Te suelto, te dejo ir, porque en realidad nunca llegaste, y me dejo ir porque no me debo quedar. A veces aplicar filosofía barata puede ser algo sabio, un detonador, justo lo que necesitamos para caminar sin regresar. 
Y seguir hasta que el tiempo hable sin voz, confirmando a gritos callados lo que sin querer entender, había concluido. No era para ti, me va a decir, no fue más que otro espejismo, una estrella fugaz.

Elba.