Leaving on a jet plane

jueves, 17 de enero de 2013


Hola. Cada vez que te veo siento desde el fondo de mi interior salir una fuerza imparable que aparta todo lo que está a su paso haciendo mil y un desfiguros dentro y trastocando el comportamiento normal de mi persona afuera, asimismo, el corazón late con tal presteza y desesperación que entro en pánico constante por el desasosiego de que en cualquier momento quede paralizado y deje yo también de latir, las manos no me sudan pero sería el caso si así lo dijera mi código genético, mi sonrisa interna es tan grande que sale de mi cuerpo para instalarse en mi rostro impidiéndome disimularla por completo y dejándome al exterior con un gesto ridículo que refleja un “Hola” con trasfondo de “Eh… yo, este… tú, las estrellas… adiós”, el lugar no parece deshabitado pero todos los demás son siluetas desdibujadas a tu alrededor y las voces dispersas provenientes de ellos sólo emiten sinsentidos a mis oídos. Verás, en el tiempo que me tomó caminar desde mi mesa hasta aquí intenté romper el blanco de mi mente para poder pensar cómo decirte lo que te voy a decir, pero no lo logré, mirarte cada vez más cerca sólo aumentó estas ansias y ahora heme aquí. Dadas las circunstancias me dispongo a presentarte nuestras alternativas: Cásate conmigo, si prestaste atención a todo lo que repentinamente acabo de decir, sabrás qué, a pesar de desconocernos, es lo más conveniente, así como justo y necesario, siento fuertemente que tienes que querer casarte conmigo, que debes dormir a mi lado, descansar entre mis brazos y enredar tus dedos en mis manos... La otra opción es que te marches de la ciudad hoy mismo, pero como tengo el presentimiento de que optarás por ninguna de las dos no me queda más que disculparme anticipadamente por la manera en que voy a mirarte cada vez que mis ojos te encuentren. 

Puedes llamarme loca o simplemente sonreír, o las dos cosas.


Elba G.Marrujo