No entiendo. Tal vez son tus ojos, claros,
transparentes como tu rostro, descifrables, o tus labios, sí, son tus labios
rosas, suaves y templados, es tu lengua, húmeda como mis ganas, quizás en sí es
tu boca.
No, definitivamente no es tu boca, pero posiblemente sea tu sonrisa,
al final siempre es la sonrisa.
Estoy aquí, tirada en el césped
frente a ti y podría jurar que es esa mirada tuya procedente de una tímida
sonrisa pero, luego me miras y pronto me evades, entonces me doy
cuenta de que es el miedo en tus ojos y tus pensamientos lejanos, pero me alejo
yo también, no quiero estar y por lo tanto entiendo que no es nada de eso,
enseguida me miras de nuevo y siento que me pierdo, me quiero resistir pero no
puedo, siento el interior iniciar una revolución, una guerra… sentimientos
encontrados, y callo.
Me quedo callada como si no
pasara nada, tú no te das cuenta, entonces bajo la mirada, ahora todo tiene
sentido… es tu cuello y son tus lunares, imagino cómo se sienten tus lunares
entre mis dientes y sonrío...
¿Y si mi lengua camina tu cuello? Al cuestionarme eso entiendo que no, no es tu
cuello ni tus lunares, porque si mi lengua camina tu cuello mis labios besarán
tu boca y no habrá poder humano que me detenga, por consiguiente cuando menos
pensemos estaré caminando todo tu cuerpo;
y será tu piel en mis manos, mi
nariz en tu abdomen.
Es tu ombligo.
Ahora soy yo besando tu vientre y
mi estómago es una cascada de sensaciones, y casi sin duda podría jurar que no es mi nariz en tu abdomen ni tu ombligo, es tu vientre y si bajo un poco más, sólo un poco,
indiscutiblemente será…
será tu sexo y tú serás aquí, de mí.
será tu sexo y tú serás aquí, de mí.
Estoy tocando tus muslos hasta
saludar a tus piernas, pero mejor regreso porque son tus muslos, son mis manos
en tu entrepierna, y me detengo, ahora entiendo menos, ya no sé qué es,
sólo sé que estoy perdiendo más la razón y tu piel está tibia, más que tibia.
Te
siento y es tu espalda con mis dedos aferrados a ella y es tu pecho contra el
mío… espera, no, no es tu espalda, es tu cabello y mi rostro queriendo
esconderse en él, sí, estoy notando que podría descansar sumergida eternamente
en tu cabello, y comienzo a sospechar que es tu aroma también, una vez que
percibo tu aroma me traslado a un lugar mágico dónde se juntan tu cauce y el
mío y desembocan nuestros ríos, dónde llovemos y somos viento, únicamente tú y
yo, tu mirada es mía y tu sonrisa, acaricio tus hombros, tu cabello, tu aroma…
tu piel.
Son tus ojos, tu mirada, tu
sonrisa, tu boca, son tus labios, es tu lengua, tu indiferencia, son tus
miedos, es tu espalda, tu cabello, es tu cuello y tus lunares; son tus hombros, tu abdomen y tu ombligo, es tu vientre, son tus muslos, tu
entrepierna y tu sexo, es tu aroma.
Son tus labios en mi piel, es tu
rostro entre mis brazos y tus manos en mi cuerpo, nuestros dedos enlazados, las
caricias, nuestros besos. La electricidad. Es el amor actuando poseído
apasionado, es la pasión. Somos tú y yo, y te desvaneces, y desaparezco.
Y te desvaneces y desaparezco, y
al final soy yo sin ti,
soy yo… escribiendo.
Sólo media locura para esta
imposibilidad de ser Tú&Yo, o la mitad de la mitad, para que guardes al
interior aquello que una noche de magia quizá sucedió.
Elba