Leaving on a jet plane

sábado, 9 de agosto de 2014

Nada para el alma.

Bueno, quedan 21 minutos para poder retirarme del trabajo, justo otro capítulo de "Friends"...

Han pasado cinco horas de que me dieron la noticia, y no puedo ni mencionarlo, el nudo en mi garganta se hacía presente entre cada episodio y puede llegar a ser desgastante. Con el tiempo muchas personas suelen alejarse de otras, no por miedo a enamorarse, sino por miedo a todo lo que conlleva caer en el amor, salir herido es regla. Le temen al dolor que no se siente en algún órgano en específico, o en una extremidad, por citar otro ejemplo; es temor a ese dolor generalizado que nunca se sabe qué hacer con él. Hace tiempo que tengo esta armadura, no contra el amor, sólo resguarda fibras sensibles, las mismas que hoy han sido expuestas. Como eso de las 12 hrs. tuve un pensamiento merodeando por mi mente, las palabras de mi madre se hacen presentes, "no quiero más perros", y no es que no quiera más, es que duele cuando pierdes a uno y yo simplemente no puedo soportarlo, me vuelvo cobarde.

Así que preferí venir al blog y escribir un poco durante estos minutos antes de salir a la luz de la tarde. Un día oscuro, triste, una batalla más para mantenerme en pie, la vida a veces parece no tener sentido y estoy tan lejos de la luz de mi pequeña Iris, me refugio en mi soledad, me refugio en el silencio.

No quiero hablar. Y no quiero que escuches lo que te cuentan mis ojos.