Leaving on a jet plane

sábado, 25 de julio de 2015

Ayer

Llegó y dijo "hola", con una sonrisa genuina, tan genuina como su mirada, como su voz, se hizo espacio en el sofá que descansaba frente a la ventana, se sentó, acarició el respaldo descocido, y se quedó observando hacía afuera, sonriendo, comenzó por arreglar aquel sofá, los hilos eran blancos y el sofá casi negro, un tanto desgastado.

Entró, se hizo paso, dejó camino, sus huellas marcaron el suelo húmedo, se adentró en la oscuridad con tan sólo la luz de su interior, qué más podía pedir yo, llegó hasta el final, husmeó en el fondo, miró el desastre, intentó poner cosas en su lugar sin entender que el desorden era un estado natural, insistió, indagó, escarbó, se instaló, pintó las paredes de color cada vez, aun cuando se perdía, fue insistente y juntó los pedazos por primera vez, al hacerlo se cortó, una y otra vez, porque fue constante, no dejó de hacerlo, hasta que se quebró un poco también. Y así vivimos, sus pedazos se perdieron con los míos, instalados fueron uno solo.

miércoles, 22 de julio de 2015

No, no te extraño…

De pronto empiezas a abrazar todo eso que odiabas y quieres llorar, quieres dejar todo de lado y empezar una vez más, porque es amor lo que sientes, extrañar te vuelve loco y recordar un poco más, abrazas absolutamente todo y dices, “así es como quiero vivir el resto de mi vida, eso es todo lo que quiero y lo puedo tolerar, porque todo lo bueno implica sacrificio, así puede ser, así puedo ser feliz…”, pero te detienes a pensar, y ya lo tenías, el resto de tu vida fue truncado, modificado, era tuyo y lo dejaron ir, se dejaron ir porque simplemente era lo mejor, lo más sano. Y esperas un rato a que el nudo se disuelva, quieres ese resto de tu vida de vuelta… pero si regresa y todo es igual, si regresa y lo soltamos, y si no sólo lo soltamos, lo azotamos contra la pared y sangra, quizás sea mejor así, quizás, tal vez… sólo tal vez.

Y te echas a intentar dormir otra vez, son las dos de la mañana y todo es normal aquí, todo es normal.


Tratamos de arreglar los días, pero al final siempre regresa la sensación de que algo muere al interior, justo antes de tocar la almohada.

martes, 21 de julio de 2015

Triste

No quiero que mis ojos hablen, pero lo hacen, y nadie lo ve.

La noche del domingo fue una difícil, las últimas semanas lo han sido pero esa noche en particular me rompió toda por unos minutos, son pocas las cosas que son más difíciles que el desapego, y enamorarse de alguien que no hace tanta pareja contigo es muy triste