Unos llegan derrochando luz,
tú llegaste en la oscuridad,
entre sueños y realidades,
deseando poder amar.
A lo lejos estaba la Luna
contando la historia de tu mirar,
grande y roja entre las nubes,
coqueteando con el Mar.
Me dijiste: "quédate un rato,
sólo tenemos que esperar".
Mientras el viento tocaba tu rostro,
tus palabras me hacían suspirar.
Quise tomar tus manos,
sonreíste sin hablar,
murmuraste: "descansemos un rato
sólo tenemos que esperar".
Elba
Constantemente